El color del humo que expulsa el tubo de escape es un
indicativo para los profesionales del taller de los problemas que podría
estar sufriendo el vehículo. A temperaturas frías, la emisión de humo blanco
puede resultar normal, pero en estaciones más cálidas, y si el vapor
sigue saliendo tras varios minutos, esto es señal de que el coche está
perdiendo refrigerante.
El humo blanco es normal verlo cuando estamos en invierno, la
temperatura es baja, y más si hemos dejado el coche en la calle
aparcado. Pero en esta época del año, su emisión puede ser preocupante.
En condiciones normales, el automóvil genera humo
blanco al arrancar el motor, que no suele ser muy denso, ya que la
mecánica empieza a calentar y se evapora el agua acumulada en el tubo.
Este humo es indicativo de avería si al cabo de cinco o diez minutos, no ha dejado de salir.
Si al humo se añade un olor a quemado,
todo apunta a que se está filtrando agua por algún lugar, apuntando los
expertos principalmente a problemas de la junta de la culata, de la
culata o del bloque motor.
El propulsor de los vehículos se enfría al
encontrarse rodeado de canales que contienen líquido refrigerante, que
de filtrarse a la cámara de combustión del motor,
se convierte en vapor. Tras producirse la explosión del cilindro por la
compresión del aire y la gasolina, el agua pasa de ser líquida a
gaseosa y sale por el tubo de escape que ocasiona estos problemas.
Este fallo puede derivar en una avería grave,
ya que además de estar perdiendo refrigerante, el motor no se enfría
adecuadamente y puede, incluso, dejar de funcionar. Se trata de una de las averías más costosas,
poniendo como ejemplos que la fisura de una junta de culata se sitúa en
los 800 euros y una culata nueva puede alcanzar los 3.000 euros.
Los profesionales del taller se enfrentar a este tipo de reparaciones cuando los conductores no realizan un mantenimiento regular del
vehículo y no se comprueban el estado del refrigerante ni sus niveles.
En caso de encontrarse por debajo del límite, el motor sufre picos de
temperatura que derivan en pequeñas dilataciones. Estos defectos son los
que pueden causar fisuras en el interior, por las que se filtra el
líquido refrigerante.
Fuente: infotaller
Fuente: infotaller
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