martes, 11 de febrero de 2020

¿Qué averías pueden provocar objetos extraños en el turbo?

La entrada de materiales externos al sistema del turbocompresor puede causar un fallo inmediato del componente e incluso su destrucción total, una de las averías más costosas de reparar en el taller.


El turbocompresor, coloquialmente conocido simplemente como turbo, es un sistema del vehículo que sirve para conseguir más par en el motor, gracias a un sistema por el que introduce aire a presión en los cilindros, lo que genera más oxígeno y posibilidad de quemar más combustible durante la conducción. El funcionamiento básico del turbo, sin entrar en excesivos tecnicismos, consiste en aprovechar de los gases de escape y emplearlos para mover el turbo y que éste acelere el aire ambiente y lo meta en el motor. Ahora bien, aunque se trate de un elemento sumamente sofisticado, no quiere decir que esté exento de sufrir determinadas averías. Y entre sus principales enemigos están los objetos extraños que pueden colarse en su interior, lo que causaría un fallo inmediato y total del turbo.
Hay que tener en cuenta que el turbo funciona con velocidades de giro muy exigentes, de hasta las 250.000 rpm y temperaturas de 1.100ºC en la parte del escape, por lo que cualquier objeto extraño puede ser fatal para su funcionamiento. No es frecuente, pero eso no quiere decir que no pueda ocurrir, sin que en muchas ocasiones el conductor pueda hacer nada para evitarlo. Esos objetos extraños son pequeñas partículas o materiales que entran en la turbina, el compresor o el alojamiento del cojinete, de forma que acaban impactando así en las ruedas giratorias y el eje.

¿Cuáles son los síntomas?

No es fácil detectar un fallo en el turbo, a menos que signifique una pérdida muy grave de potencia en el motor, en cuyo caso los daños provocados por objetos extraños habrán sido lo suficientemente graves como para destruir el sistema. En otros casos se producirá una pérdida de eficiencia o ruidos extraños y adicionales, pero en estos casos la detección no es tan rápida ni tan sencilla. Eso sí, al menor síntoma de un problema en el turbo, se recomienda acudir de inmediato a un taller de confianza para llevar a cabo la reparación, ya que coger a tiempo la avería podría significar un ahorro muy importante en la factura final de la reparación.
Para evitarlo es fundamental revisar que no haya ninguna grieta en el turbo de entrada que pudiera succionar objetos sin filtrar desde el filtro hasta el turbo.
¿Cómo evitar este tipo de problemas?
Aunque a veces la entrada de objetos extraños es completamente fortuita, sí que hay determinadas precauciones que se pueden adoptar para evitar este fallo en el turbo. Por ejemplo, es recomendable asegurarse de que el sistema de admisión esté limpio y completamente libre de cualquier objeto, así como revisar que los conectores estén en buen estado. En cuanto a las juntas, es recomendable revisarlas y sustituirlas por nuevas en caso de detectar algún problema. Pero lo más importante para evitar este tipo de averías es revisar que no haya ninguna grieta en el tubo de entrada que pudiera succionar objetos sin filtrar desde el filtro hasta el turbo. Los expertos en mecánica señalan esta hipótesis como la principal causa de entrada de objetos extraños en el turbo y, por tanto, a evitar en la medida de lo posible.

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